Tarta Piscina

El tiempo pasa volando y mientras le doy vueltas a la tarta que le voy a hacer el viernes a una de mis peques, me doy cuenta de que no publiqué la receta de la tarta piscinera que le hice en mayo por su cumple a la mayor. Los que me seguís en redes sociales habéis visto fotos y con las fotos uno se hace una idea de como era la tarta. Y para los que no la habéis visto todavía pues hoy ha llegado el momento de que lo hagáis.

Con las tartas de los niños no me gusta mucho complicarme en buscar rellenos y cremas raras, porque luego la tarta te la comes tú. Ellos son muy básicos, y un bizcocho tiene el éxito asegurado. Tú también te aseguras de que no te vas a tener que dar un atracón de tarta hasta que te salga por las orejas. 

Ahora viene buscarle una gracia al bizcocho, aquí no nos queda más remedio que darle al coco para buscar una decoración bonita. Algo que les sorprenda, algo que lo convierta en su tarta. El fondant es un buen aliado para estas cosas, y aunque luego lo quitan y no se lo comen (menos mal), nos sirve para darle un toque a la tarta. La gente hace verdaderas obras de arte con fondant. Este no es mi caso, no soy una crack del fondant. Pero sí he logrado utilizarlo en alguna ocasión como ayudante para convertir el bizcocho en la "supertartadeldíasoloparamí" y dejar a los pequeños con la boca abierta. Además con todo el boom que ha habido de cocina y de pastelería creativa, existen en el mercado un montón de decoraciones que podemos utilizar. Colorantes, perlas de colores, figuritas, sprays, banderitas y un montón de cosas más que conseguirán darle vida a cualquier tarta.

Como a mi niña le encanta nadar, decidí que le iba a hacer una piscina. Así que me tiré de cabeza a darle al coco y sin meterme en grandes complicaciones y con la base de un bizcocho de chocolate, conseguí lo que quería: una gran sorpresa y hacer que su día fuera muy especial.

INGREDIENTES
1 yogur natural ( el que yo le puse era azucarado)
3 medidas del envase del yogur de harina
1 sobre de levadura química
1 medida del envase del yogur de aceite de girasol
2 medidas del envase del yogur de azúcar
3 huevos
3 cucharadas de cacao puro en polvo, utilicé Valor
la ralladura de media naranja
el zumo de media naranja


500g. de fondant azul
Azúcar glass
10 tabletas de kit kat
Perlas azules
Spray plateado comestible

Batimos todos los ingredientes hasta que estén bien mezclados. Necesitamos un molde rectangular, yo lo hice en una fuente de cristal de más o menos 30cm. de fondo. Ponemos un papel sulfurizado para que luego nos sea más fácil desmoldarlo. Horneamos a 200 grados durante 20 - 25 minutos. Como siempre, el tiempo depende de vuestro horno. Procurad no abrir el horno antes de tiempo para que no se baje. Cuando os parezca que está, podéis meter una aguja larga y fina para comprobar que sale limpia, entonces seguro que lo tenéis hecho. Dejamos enfriar el bizcocho y después con un cuchillo de sierra recortamos por arriba para dejarlo plano. Si el molde no es totalmente rectangular, como en mi caso, también hay que recortar los laterales hasta conseguir un rectángulo.



Estiramos la plancha de fondant azul con ayuda de un rodillo y espolvoreando azúcar glass en la mesa para que no se nos pegue. Hay que ir dándole la vuelta, poniendo lo de encima abajo y girando también la plancha de fondant. Intentad dejarlo lo más fino que podáis. Hacedlo un poco más grande que el bizcocho para que cubra también los laterales y poder pegar los kit kat.




Cogemos los kit kat y vamos poniéndolos por los laterales humedeciendo el fondant con una brocha húmeda para que se peguen.  Los teñimos con el spray plateado. El spray mancha bastante, así que tened cuidado sobre dónde lo hacéis.



Echamos también un poco de spray plateado sobre el fondant de forma irregular y las perlas azules. El fondant que encontré era de un azul bastante oscuro pero con las perlas y el spray daba el pego. Como veis en las fotos la piscina tenía una nadadora, que era un playmobil. Si os atrevéis podéis hacer también la nadadora con fondant. Traía un podium que coloqué sobre unos escalones hechos también con kit kat.




Un poco antes de servir los kit kat se pusieron un poco rebeldes y se querían despegar. ¡Horror!, se me desmonta ahora la tarta y me da algo. Así que cogí un poco de hilo de nailon y lo até por alrededor. Ya cuando llegó a la mesa en perfecto estado se o lo quité. Creo que nadie se dio cuenta.



A mi el resultado me encantó pero lo que me gustó de verdad fue ver su cara cuando descubrió la sorpresa.







Comentarios

Entradas populares