Calamares en su Tinta

En este punto del verano, creo que a todos se nos van acabando las ideas para variar un poco el Sota, Caballo, Rey de todos los días. Es verdad que las vacaciones nos dan un respiro entre chiringuitos, bocatas en la playa y restaurantes.  Es una semana o quince días en los que el encefalograma plano se exporta también a las comidas, eso si tenemos la suerte de podernos ir de vacaciones.

Pero, ¿ y el resto del verano? Bendito comedor escolar, eso lo digo ahora que estoy hasta el coco de pensar comidas y cenas. Pero el menú escolar lleva mucho tiempo siendo un quebradero de cabeza para mi. Hace un tiempo y después de alguna que otra o muchas discrepancias con ese menú tengo la suerte de poder colaborar con el cole e intentar cambiar algunas cosas. Es un camino largo, lleno de obstáculos, lleno de trabas anticuadas pero en el que más vale estar que tirar la toalla. Esto daría para un post entero, así que aquí lo dejo y podemos retomarlo en otro momento.

Volviendo a nuestros menús veraniegos, con los peques en casa durante dos meses y algunos días; con la cabeza inundada de calor, sin encontrar el momento de ir a hacer la compra la cosa se complica. Porque hace tiempo que me niego a ir con ellos. A los dependientes les hace mucha gracia, pero tienes 3? Sí aquí traigo la prueba de que los carros hasta arriba que no duran una semana no me los como yo solita. Qué monos, hoy traes ayuda, ¿no te quejarás?. ¡Cómo me voy a quejar, si me ayudan más que nadie a practicar el autocontrol! Si hace medio minuto hubiese pegado un grito que se hubiese escuchado a 5 km. a la redonda, y no lo he pegado; si casi meto a uno en una de las neveras para que se le enfriaran los humos y no lo he hecho...vamos el cuento que muchos de vosotros conocéis, porque no creo que esto os suene a chino.

Y después de todos estos obstáculos os diré que ahí estamos, que siempre encontramos soluciones, que vamos a la compra con ellos si hace falta,  que somos los reyes de las mezclas y de la imaginación y que nuestros niños acaban comiendo y cenando más o menos bien que es nuestro objetivo. Solo hay que darle un poco al coco, recordar lo que comíamos nosotros en nuestras casas, buscar ideas y probar. ¡Somos la pera! (sí, esa que nunca se quieren comer)

Hace mucho tiempo que no hacía calamares en su tinta, así que el momento perfecto para recuperarlo era este de agotamiento de ideas. Les encantan los calamares, les encanta el arroz, pero ver ese color negro en el plato llevó a unas muecas y comentarios un poco salvajes que no hace falta reproducir, ya sabéis como fue. También sabéis que a cabezota no me gana nadie, y una vez que probaron el primer bocado y se cercioraron de que los calamares no los iban a atacar, todo fue "casi" como la seda.


INGREDIENTES
(4pax)
1kg. de calamares
2 dientes de ajo
100g de cebolla
Sal y pimienta
100g. de vino blanco
150g. de tomate triturado
Aceite de oliva
2 bolsas de tinta

Picamos los dientes de ajos menudos y los sofreímos en aceite de oliva sin dejar que se doren. Añadimos la cebolla picada muy fina y dejamos que se ablande. Echamos los calamares que hemos limpiado previamente (AQUÍ tenéis un enlace de como limpiar los calamares) y cortado en anillas. Rehogamos e incorporamos el tomate. Diluimos la tinta en el vino blanco y  subiendo el fuego lo incorporamos también. Tapamos y dejamos que se hagan a fuego medio-lento hasta que están tiernos, unos 40 minutos, quizás un poco más dependiendo del grosor de los calamares.

Los calamares en su tinta se pueden acompañar de muchas cosas pero el acompañamiento estrella es el arroz blanco.




¡Espero que os guste y que les guste!



Comentarios

  1. Q ricos Esther!! Y que bien escribes, me encanta como escribes, me he reido un montón. Gracias por tus recetas. Besitos.

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    1. Petri, guapa. A mi lo que me encanta es que me leas. Y ya cuando me dices que te hago pasar un buen rato pues me encanta más. Siempre pretendí no quedarme en contar una receta sin más, y cuando leo estos comentarios me alegra ver que hay alguien que disfruta con mis textos. Así son mis experiencias con estos tres figuras y precisamente cuando escribo sobre las situaciones hago terapia, jajaja. Es cuando me sirve para poner distancia, cuando me doy cuenta de que puedo relativizar un poco las situaciones y quedarme con la parte divertida del asunto. Al final me ayuda un poquiiiiiito para la próxima. Aunque en el momento efervescente no querría tener una cámara encima, jajaja. Gracias siempre por tu cariño. Beso grande.

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